Si necesitas poner una baranda de escalera en tu
casa porque quieres darle mayor elegancia o seguridad a la misma, es importante
que tengas en cuenta que en el mercado existe una gran variedad de propuestas
en este sentido. Es decir, te encontrarás con barandas de muy diversa tipología
que debes analizar para poder ver cuál es la que mejor se adapta a tus
circunstancias.
En concreto, estas son las modalidades más
frecuentes:
- Madera. La más tradicional, sin duda alguna, es esta que ahora nos ocupa. Con ella se consigue darle un toque sofisticado y clásico a cualquier estancia. No obstante, en base al diseño que tenga, también se puede convertir en la perfecta para una vivienda de marcado aire rústico. Además tiene la ventaja de que soporta muy bien el uso diario.
- De acero inoxidable. Este tipo de baranda es, sin duda alguna, el preferido por las personas que cuentan con una escalera muy transitada. La razón de esta elección es que aquel tiene la capacidad de aguantar muy bien ese uso constante. Asimismo hace frente perfectamente a las adversas condiciones climatológicas por lo que también se puede colocar en espacios al aire libre.
- Vidrio. Especialmente pensada para espacios interiores es esta clase de baranda de escalera que se ha puesto muy de moda en los últimos años. Se trata de una propuesta que permite dotar a cualquier hogar de un aire vanguardista, diáfano y minimalista. La gran variedad de colores en la que puede encontrarse o el hecho de que evite que cualquier niño pueda caerse, como no ocurre con las barandas de barrotes, son sus dos principales ventajas. ¿El inconveniente? Que se ensucia rápidamente.
- Forja. La seguridad que aporta y el que se pueda personalizar por completo, adoptando las formas deseadas, son los dos beneficios que aporta esta baranda que también es ideal para aquellos hogares de marcado estilo rústico.