Si tuviéramos que empezar a definir a la
carpintería tendríamos que establecer, en primer lugar, que aquella es uno de
los oficios más antiguos que existen en el mundo. Y es que así lo demuestra el
hecho de que ya las culturas primitivas apostaron por crear y diseñar todo tipo
de herramientas y elementos que les sirvieran para poder acometer sus
edificaciones.
Desde entonces hasta nuestros días esta actividad
se ha convertido en la profesión de muchas personas, que son las encargadas de
elaborar todos aquellos muebles, puertas, barandas o marcos que forman parte de
nuestra vida diaria.
Es cierto que con la llamada revolución industrial
y posteriores acontecimientos en esa misma línea se abrió un camino dentro del
ámbito de la carpintería. Y es que la misma adoptó una faceta más industrial
que propició que creara todo tipo de artículos digámoslo así, casi en cadena.
No obstante, a pesar de esa nueva faceta, que viene
a dejar patente que dicha actividad es una industria, no podemos pasar por alto
que también se ha mantenido como artesanía. Así, muchos son los pequeños
autónomos o empresas de carpintería en Sevilla, y en otros rincones de la
geografía española, que trabajan de una manera mucho más manual, cuidada y
elaborada.
Aquella se trata de una modalidad que ha conseguido
recuperar el valor que tenía en otras épocas gracias a sus señas de identidad:
- Es realizada por expertos, fundamentalmente miembros de familias que desde décadas vienen trabajando la madera.
- Realiza trabajos mucho más cuidados y elaborados que se convierten casi en auténticas obras de arte.
- Se adapta perfectamente a las necesidades de cada cliente, pues son artículos absolutamente únicos y personalizados. Esto supone que doten a cada hogar de una autenticidad única.
- Tiene una calidad inexcusable.