Calidez, elegancia y comodidad. Esas son las tres
cualidades que aporta la madera, como material de decoración, a cualquier
estancia donde se instala. Razones estas que vendrían a explicar porqué aquella
se ha venido utilizando desde hace siglos a la hora de
darle vida y personalidad a una habitación cualquiera de un hogar o de un
edificio.
En concreto, si nos ponemos a analizar la historia de la madera, nos encontraremos que se ha usado decorativamente hablando de muy diversas formas y dando lugar a todo tipo de objetos:
- Muebles. De manera indudable, la confección de mobiliario es la principal acción para la que se ha empleado y se sigue empleando el material que nos ocupa. Así, sofás, armarios, mesas o sillas se crean a partir de él.
- Puertas de madera. No menos importantes son estas que son las que logran no sólo aislar, acústica y térmicamente, un cuarto sino también darle personalidad al mismo. De ahí que en el mercado podamos encontrar desde las que son correderas pasando por las venecianas, las basculantes o las ascendentes.
- Tarimas. Calidez es lo que se consigue que posea la habitación que opte por tener como suelo tarimas de madera, que además la harán mucho más acogedora. De ahí que sean un elemento decorativo muy tenido en cuenta, sin olvidar que también se emplean en piscinas y jardines al aire libre para conseguir un espacio elegante y más fresco, ya que este material no absorbe tanta radiación solar como otros.
- Revestimiento. Además de todo lo expuesto tampoco tenemos que olvidar que el elemento sobre el que estamos hablando también es muy empleado a la hora de cubrir las paredes de una estancia. El objetivo de realizar esta tarea es, ante todo, otorgarle un ambiente más íntimo y acogedor.
