Uno de los elementos que se colocan al final de la obra son las puertas y ventanas. Sin embargo, durante la realización de la misma hay un elemento fundamental que ocupa su lugar: el premarco. Éste no es más que una estructura con montaje muy sencillo que se coloca en el vano de las puertas o ventanas. Su labor no es otra que facilitar, en el futuro, la instalación de las mismas. Hay varios tipos de premarcos en el mercado y, dependiendo de las necesidades podremos elegir unos u otros. Los más habituales son los de madera o los de aluminio.
Los clásicos, de madera
El modelo más utilizado es el que está realizado en madera y cuenta con unas garras o piezas que se acoplan a los ladrillos para una mayor sujeción. Será sobre este premarco donde, con unos tornillos y un agarre estable, se coloque el que será el marco de la puerta para poder instalarla luego. Es importante que quede bien fijado y nivelado para evitar problemas la instalación futura.
Nuevos materiales: aluminio
Los premarcos de aluminio suelen utilizarse en la instalación de ventanas. Gracias a este nuevo material, es posible reducir costes gracias a la fácil instalación de la ventana una vez finalizada la obra, además de dar un acabado perfecto con un anclaje a medida a la nueva estructura. Hoy en día también se usan los premarcos de aluminio para la colocación de puertas, ya que se reduce gastos en selladores y se instala de manera mucho más rápida. Este material, sin embargo, aún no le ha ganado terreno a la madera, que sigue siendo el preferido de muchos para instalar los premarcos de las puertas en el interior de la casa.
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